Knaresborough: el "castillo sobre la colina rocosa" de Yorkshire
- El Bastón del Viajero
- Feb 12, 2020
- 11 min read
Updated: Apr 15, 2020

Para aquellos que conozcáis la zona, Knaresborough se trata de un pequeño pueblo localizado en Yorkshire: una región situada al Norte de Inglaterra; de la cual escribiremos otras muchas entradas ya que como veréis esconde un montón de secretos. Concretamente, esta pequeña localidad se encuentra no muy lejos de otras ciudades de mayor tamaño como son Leeds o York, aunque aun así se trata de un lugar desconocido para muchos. No obstante, este desconocimiento es parte de su encanto porque su turismo no está tan masificado haciendo que las visitas sean más agradables y los precios de las atracciones turísticas más asequibles.
Lo primero de todo, antes de pasar a ver sus secretos, si estás pensando en visitar este sitio, ten en cuenta que Knaresborough no es un pueblo muy grande, por lo que es posible que abarcar todo un día en este lugar sea demasiado. Al contrario, todos sus lugares de interés pueden visitarse en unas 3-4 horas, incluso para los que no quieran perderse nada, por lo que puede ser interesante combinar esta visita con otras localidades de la zona, como la propia York, Harrogate, o los parques nacionales situados en los alrededores.
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TRANSPORTE
Para nosotros que vivimos en York, Knaresborough se encuentra solamente a unos 20 kilómetros por lo que nuestra mejor opción fue optar por llegar allí en coche, siguiendo la carretera A59. Sin embargo, si no resides en York, otras opciones para llegar hasta allí serían la A61, por la que puedes acceder a esta localidad desde ciudades más concurridas como Leeds. O también la autovía A1, si decides desplazarte desde más lejos, es una buena opción. Tenemos que decir que el tráfico puede ser un problema para circular por estas carreteras, sin embargo, los mayores atascos se producen entre semana de manera que no tendréis tantas retenciones si decidís acercaros a estos lugares a lo largo del fin de semana.
No obstante, para los menos seguidores de los coches, tenemos la suerte de que, aunque pequeño, este pueblecito se encuentra perfectamente conectado a la red de trenes de Reino Unido, y además con una frecuencia de servicios excelente: cada hora, si como nosotros decides llegar desde York; o cada 15-30 minutos desde ciudades más grandes como Leeds. Para excursiones de un solo día por la zona, recordad que la mejor opción es escoger los billetes de ida y vuelta, que además de salir más económicos te permiten utilizar cualquier tren a lo largo de todo el día e incluso parar en localidades intermedias antes de seguir vuestro camino hasta la última parada del trayecto, lo cual resulta excelente para visitar localidades cercanas como es este caso.
Para las reservas y compras de billetes, nosotros siempre recomendamos Northern Rail, ya que dispone de una aplicación móvil muy útil con la que poder gestionar todos los billetes desde el móvil sin la necesidad de imprimirlos en la estación.
¡BASTA DE PREÁMBULOS! - QUÉ OFRECE KNARESBOROUGH
Llegados a Knaresborough era la hora de empezar a visitar sitios y también de empezar a pasar frío. Sobre todo de pasar frío. Y es que aunque seamos de Valladolid ese día el viento venía especialmente gélido y ni el castellano más caluroso te diría que no hacía un frío “que pelaba”.
De cara a encontrar aparcamiento, tened siempre en cuenta que todo el centro de Knaresborough se trata de espacio reservado para los vecinos por lo que siempre deberéis aparcar en las zonas habilitadas a las afueras del pueblo. Por suerte hay también algunas zonas de parking gratuito.
Nuestro primer objetivo fue encontrar una cafetería agradable ya que habíamos salido sin desayunar de casa para poder aprovechar mejor el día. Por recomendación de un compañero de trabajo de María, nuestra opción fue visitar una tetería llamada Scarlet’s Vintage Tea Room.


Un nombre que hace totalmente honor al lugar que lo lleva: una tetería decorada con mobiliario original de los años 80 y, aunque con un espacio reducido, muy acogedor gracias a que se cuidaban hasta los más pequeños detalles de su estilo vintage: por supuesto cuadros y publicidad de otras épocas, vajilla de porcelana… Sí. Pero también otros detalles que hacen que entres totalmente en la atmósfera del lugar como una minicadena perfectamente escondida detrás de un tocadiscos, dando la sensación de que es este el que suena en todo momento.
Pero cuidado con la decoración porque puede llegar a jugar una mala pasada. La tetería es tan pura en lo vintage que no tiene siquiera datáfono así que recordad venir bien provistos de efectivo. O si como a nosotros se os olvida, no os preocupéis, porque la dependienta os indicará amablemente donde se encuentra el cajero más cercano cruzando la esquina. La guinda del pastel fue sin duda cuando al ir a hacer el pago la señorita sacó UN LIBRO DE REGISTRO para anotar lo que habíamos consumido y el precio final del pedido. Nuestras caras debieron ser un poema porque la dependienta nos miró de una forma muy divertida.
Al margen de la decoración, la comida era espectacular y quedamos muy satisfechos con el desayuno. Evitando el típico English Breakfast, la tetería cuenta entre su repertorio con una buena selección de dulces y tartas que nos hicieron la boca agua. Y sin tener miedo de pedir en exceso, nuestro desayuno se compuso de un scone, un par de crumpet, una porción de tarta de plátano con chocolate y otra de tarta de arándanos y limón. Además de la bebida caliente: té para María y un capuchino para Carlos. Esta vez la cara de asombro se le debió quedar a la dependienta que al ver el tamaño del pedido nos ofreció envolvernos las sobras en caso de no terminarlo. Por supuesto no sobró nada, en parte porque estábamos hambrientos y en parte porque íbamos a necesitar mucha energía para el resto del día.
Por suerte, la cafetería se encontraba cerca de nuestro siguiente destino: el castillo de Knaresborough. Aunque esta es tal vez una expresión redundante ya que el propio nombre de Knaresborough viene a significar en el antiguo lenguaje anglo-sajón: “fortaleza sobre una colina rocosa”. Es decir, que es muy probable que los orígenes de esta población fueran la construcción de una fortaleza en una colina elevada con el fin de defender el paso del rió Nidd de posibles invasores; una fortaleza alrededor de la que se acabará asentando una comunidad de pobladores, vasallos del señor de la fortaleza, atraídos por la protección que esta ofrecía ante ataques de bandidos o invasores.
Hay pruebas de que este castillo ya existía para finales del siglo XI, aunque su arquitectura es en muchas ocasiones posterior, debido a que los diferentes varones y señores feudales que la ocuparon, fueron cambiando poco a poco su arquitectura a través de varias reformas. No obstante, al igual que otros muchos castillos y fortificaciones de la zona, este será demolido a propósito a mediados del siglo XVII durante la guerra civil inglesa por las tropas parlamentaristas, que prohibieron la existencia de cualquier fortificación que pudiera revelarse contra su dominio en la zona. Es por este motivo que hoy solo se conservan unas pocas ruinas de lo que fue en su día una gran fortaleza: la puerta Este, la Torre del Rey y el pórtico o Antecámara.
No obstante, a pesar del poco atractivo de estas ruinas, no dejamos de recomendar que os acerquéis a esta colina por las increíbles vistas que ofrece sobre el resto del pueblo: el río Nidd, con una increíble panorámica marcada por el bosque de la localidad a una orilla, el pueblo al otro, y el impresionante viaducto coronando esta preciosa imagen.
A pesar del frío y el del viento gélido de ese día, un recorrido por la orilla del río era obligatorio para nosotros. No obstante, fue aquí donde nos dimos cuenta de que igual no elegimos la mejor estación del año para visitar este pueblo: todas las atracciones del embarcadero se encuentran cerradas durante la temporada baja (Noviembre-febrero). Un fallo sin duda porque si hubiéramos decidido hacer este viaje en otro momento la imagen de este paseo habría sido muy diferente: un río lleno de vida, cafeterías abiertas e incluso un servicio de alquiler de barcas que se ha llegado a convertir en toda una seña de identidad ya que lleva más de 100 años operando en esta localidad.

Y lo mismo ocurrió cuando decidimos acercarnos hasta la conocida como “Cueva de la Vieja Madre Shipton” (Old Mother Shipton’s Cave). Esta “madre” se llamaba en realidad Úrsula Southeil, una profetisa que vivió por allá el siglo XVI que llegó a estar a la altura de otros videntes destacados como el mismo Nostradamus prediciendo grandes inundaciones, la imposición del Anglicanismo por Enrique VIII, u otras predicciones que tardarían más de un siglo en cumplirse como la llegada de la Peste Bubónica en 1665 o el Gran Incendio de Londres en 1666. Más allá de su propia historia, esta cueva presenta dos principales puntos de interés:
En primer lugar, el sendero hacia la cueva. Un hermoso camino paralelo al río Nidd por la orilla contraria al pueblo al que solo se podrá acceder pagando la entrada a esta cueva y que ofrece unas vistas impresionantes de la propia Knaresborough así como de su viaducto.

2. El pozo petrificante: una vez llegados a la cueva, podrás visitar el llamado Pozo Petrificante; nombre que ha adquirido con el paso del tiempo debido a la composición de su agua rica en minerales. En los límites del pozo, podrás ver muchos objetos que han sido petrificados como osos de peluche, juguetes, piezas de cerámica, y muchos más. Además, muchos de estos pueden ser incluso comprados en la tienda para quien quiera llevarse un curioso recuerdo de la cueva a su casa.
Como decimos, esta cueva estaba cerrada por temporada baja y no pudimos entrar a visitarla, pero para los interesados el precio de la atracción es de 9/10 libras en taquilla y 8/9 mediante reserva online (así como ofertas de 7 y 8 libras para los más pequeños) y sus horarios de apertura están bien detallados en su página web. Aunque recordad que solo permanecerá abierta entre los meses de marzo y octubre.
RECORRIENDO EL PUEBLO
Llegados a este punto, podría parecer que Knaresborough no ofrece nada especial en los meses de invierno, sin embargo esto no es del todo así. Uno de los grandes hechizos de este pueblo consiste en perderse por sus pequeñas y laberínticas calles. Como en muchos otros lugares, Knaresborough esconde edificios y monumentos preciosos aunque no tan conocidos.
A este encanto natural de sus calles, este pueblo suma otra curiosidad que encantará a los viajeros más exploradores: sus ventanas pintadas, obras de arte al óleo que podrás encontrar en las ventanas de alguno de los edificios de este pueblo y que esconden acontecimientos y personajes singulares de esta localidad. Se trata sin duda de una atracción muy divertida para los que quieran descubrir la historia de este pueblo y es que su simple presencia esconde un dato muy curioso: la existencia de estas ventanas tapiadas se debe a que fue una forma que tuvieron los ciudadanos de evitar el llamado “Impuesto de las ventanas”, un impuesto que nace en 1696 y que gravaba a los ciudadanos cuyas casas tuvieran más de 10 o 20 ventanas, por lo que muchos de ellos decidieron tapiar algunas de ellas con el fin de evitar el impuesto. Si queréis saber sobre estas ventanas y os animáis a encontrarlas todas, aquí os dejamos un enlace donde podréis descargar el mapa con la localización de todas ellas.

Al contrario que el paseo en barca o la cueva de la Madre Shipton, estas ventanas son una atracción permanente durante todo el año por lo que siempre serán un buen motivo para visitar esta localidad independientemente de la estación. Aquí os dejamos algunas imágenes de las que pudimos encontrar nosotros, ¿sabríais decir dónde están situadas?
Durante este paseo por el pueblo nos dio tiempo a entrar también en un par de tiendas, una forma de conseguir evitar el frío durante unos momentos y conseguir volver a entrar en calor. En una de estas visitas de supervivencia, acabamos entrando en un centro de recuperación de animales exóticos. Aquí hay que decir que a María le encantan todos los tipos de animales, y las serpientes y los anfibios exóticos no iban a ser menos por lo que la visita a esta tienda era obligada. Y realmente fue muy agradable. Los dependientes eran personas muy amables que te ayudaban con todas tus dudas y aunque el local era pequeño resultó que tenía una amplia colección de reptiles, anfibios e incluso un loro de 60 AÑOS DE EDAD. Gracias a los dependientes, María tuvo la oportunidad de tener en sus manos a un pequeño anfibio amarillo que resultó ser sorprendentemente suave. Pero se nos olvidó preguntar por su nombre, ¿alguno sabe de qué animal se trata?
BONUS
Esta fue nuestra experiencia en Knaresborough, la cual nos llevó aproximadamente unas 3 horas. Sin embargo, está claro que el pueblo tiene mucho más que ofrecer a parte de lo que nosotros disfrutamos así que aquí os dejamos una recopilación de otras experiencias que podéis tener en Knaresborough durante vuestro paso por allí:
1. Eventos Especiales:
De entre todos sus eventos anuales, el más famoso y espectacular son las Great Knaresborough Bed Races, una tradición que nace en 1966 como una forma de recaudar dinero para organizaciones benéficas. María estuvo hace unos años y puede explicar de qué trata este espectáculo:
La idea consiste básicamente en equipos de siete personas (6 corredores y un pasajero) que compiten en una carrera alrededor del pueblo. La carrera suele reunir a un total de unos 90 equipos, cada uno con una carretilla adornada que se muestra durante el desfile previo por el pueblo y que luego se usa para la competición una vez retirados todos los adornos, quedando en la estructura solo una pieza de gomaespuma. ¿Para qué sirve esta gomaespuma? Pues básicamente para mantener a flote la carretilla ya que la carrera de camas incluye EL PASO A NADO DEL RIO NIDD justo antes de llegar a la meta.
Para todos los interesados, el festival de las Bed Races se suele dar a mediados del mes de junio, una época en la que con suerte el tiempo acompañará lo suficiente como para disfrutar del evento, aunque recordemos que los veranos ingleses no se caracterizan por su agradable clima.
ATENCIÓN DISCLAIMER como evento tan especial que es, las bed races atraen a mucha gente de la región por lo que si es tu primera visita a la localidad tal vez no es lo más sabio elegir esta fecha para hacerlo porque aunque puedas disfrutar de las carreras, todo el pueblo estará abarrotado de gente, pudiendo afectar al resto de la experiencia.
2. Pubs locales
El Blind Jacks es uno de los pubs favoritos para los locales ya que su decoración hogareña hace que parezca que estés tomando algo en la casa de otra persona. Además, la comida y la bebida que allí se sirve es de muy buena calidad y es muy querida por la gente de la zona.
Por otro lado está el The Commercial, aunque si preguntáis a los locales por él, siempre lo van a conocer por su antiguo nombre, The Borough Bailiff. Como pub, no se diferencia de cualquier otro pub inglés, sin embargo, conserva una de las barras más antiguas y al estilo más tradicional de la zona.
Más a las afueras del pueblo se encuentra el Mother Shipton Inn, una taberna que permanece intacta desde el siglo XVI y que todavía hoy mantiene una estética de lo más tradicional tanto en su exterior como en su interior. Para los más supersticiosos, esta taberna cuenta con una buena tanda de fenómenos paranormales a lo largo de su historia, y ha llegado a ser la protagonista de algunos programas de eventos paranormales.
Para los que no busquen un pub tradicional recomendamos el Six Poor Folk, un pub más reciente situado en uno de los edificios más antiguos del centro del pueblo, pero con una decoración más moderna y una comida menos tradicional que en las opciones anteriores.
3. Otras teterías tradicionales
Para los que la idea del Scarlet’s Vintage Tearoom no le resulte atractiva, The Moat Buttery, es otra de las opciones destacadas de esta localidad. Dotada de una terracilla para los clientes más valientes y calurosos y con unas vistas privilegiadas al castillo desde el establecimiento. Ideal para tomar un descanso mientras se pasean las calles de este precioso pueblo.
Preciosa la primera excursión. Me ha encantado!! y sobre todo me han entrado unas ganas enormes de ir a conocer ese pueblecito y disfrutar de todo lo que ofrece, incluidos los desayunos 😊😊